lunes, 18 de febrero de 2008

un año y cuatro meses





MESES


Era cuestión de reunirse todos los años en el hemisferio Sur. Eran compañeros de calendario, en definitiva. Aunque las discusiones eran interminables, se daban indefectiblemente en cada encuentro. ¿Quién era el mejor mes?, el mas esforzado, feliz, útil, etc.
- Y, - dijo Enero, orgulloso: - yo soy el primero, traigo las vacaciones para los afortunados, el porvenir del año que va empezando…-
Entonces, Diciembre recoge el guante inmediatamente: -si, pero... ¿Qué me decís de mi?, yo tengo las fiestas, la esperanza de algo mejor para el año que viene, el alivio de los últimos días de clase, de trabajo, de esfuerzo.
- Primero y ultimo se parecen en mucho, pero ser el del medio es muy jodido, che-. Desde su silla, Junio tuvo que elevar la voz, - porque el año no empezó recién ni esta por terminar, es como agobiante…-
No tardo nada en reaccionar Noviembre. -Es verdad, por eso el mejor soy yo, porque no tengo ninguna carga, empiezo con los calorcitos agradables, la gente esta feliz, saboreando la primavera a pleno...-
- Pero la primavera empieza conmigo, Septiembre, a no hacerse los tarados. No por nada me dicen “el mes de los enamorados”, je-.
- Claro, claro, mucho barullo pero yo...- Carraspeo Febrero como para dar importancia a lo que iba a decir...- yo tengo que hacer el mismo trabajo que cualquier otro mes pero con uno o dos días menos, ¿saben lo que es eso?-
- No te hagas el pobrecito, flaco, a ver a cual de ustedes le hicieron una canción tan linda como a mi: “viento del sur, oh, lluvia de Abril...”, que grande Sui Generis, si mis lluvias son las mejores...-
- Anda, vago, yo me rompo bien la espalda, no por nada empiezo con el día del trabajador...- interrumpió Mayo con un gesto de desden.
- Trabajo el que tengo yo, con el frió que hace, la gente se enferma, me putea, es un bajón- el orgulloso Agosto miro hacia el costado, al ver que Marzo pedía la palabra:
- Si, todo bien muchachos, pero yo tengo una de las mejores (por no decir la mejor) cosas del año: la caída de las hojas de los árboles, el correteo de los niños sobre el follaje caído es incomparable...-
- Bárbaro, coincido...- afirmo Octubre – Pero acordate que las hojas vuelven a crecer con todo su esplendor en definitiva conmigo, porque ustedes vieron que...-
Y entonces hubo un silencio. Una pausa necesaria, que permitió percatarse de algo mucho mas importante que tan triviales asuntos. Dejaron de lado sus diferencias, y en la cabeza de cada uno de ellos apareció una pregunta, LA pregunta. La misma que hace más de un año, nos hacemos todos:

¿DONDE ESTA JULIO?



En memoria de Jorge Julio Lopez

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